Se acabó un amor que trascendía más allá de los lazos de vivos y muertos, literalmente. Y es que Amanda Teague, una mujer de Irlanda del Norte que aseguraba haberse casado con el fantasma de un pirata haitiano, decidió divorciarse.
La extraña historia de amor entre Amanda y el pirata, de más de 300 años de edad, inició en 2010, cuando la mujer estaba aún de luto por el deceso de su pequeño hijo, víctima de muerte súbita infantil.
Este hecho llevó a la mujer a acercarse a ritos celtas, la Wicca y algunos chamanes que supuestamente podían comunicarse con los muertos. Allí fue donde conoció a Jack, un pirata haitiano que murió siglos atrás.
El flechazo no fue inmediato. Pasaron seis años de insistentes cortejos por parte de Jack para que, al final, Amanda aceptara ser su mujer para todas las vidas y las muertes. Su amor se selló en una ceremonia chamánica realizada en alta mar, donde un médium hizo el papel del difunto.
Una relación posesiva
Aunque los primeros años todo parecía ir sobre ruedas, pronto Amanda comenzó a notar un fuerte deterioro en su salud. Algunos de sus chamanes de confianza le confirmaron algo que ella ya temía: Jack estaba drenando su energía vital.
Al confrontarlo, Jack lo negó todo. Incluso la amenazó con matarse si lo dejaba, además de hacerle daño a sus cuatro hijos y otros seres queridos que aún estuvieran con vida, según detalló en entrevistas a medios británicos.
A finales del 2019, Amanda Teague acudió con una especialista que le realizó un despojo espiritual, con lo que las apariciones que Jack dejaron de repetirse y ella recuperó poco a poco su energía vital.
Recientemente, Teague ofreció su testimonio en programas de la televisión local, señalando el cuidado que las personas deben tener con los rituales relacionados con el espiritismo que es algo que ella califica como “muy real”.