Este 29 de mayo se dio a conocer que un hombre de Alaska que quedó atrapado boca abajo en un arroyo helado por una roca de 318 kilogramos (700 libras) durante tres horas sobrevivió a la terrible experiencia con sólo heridas leves, gracias en parte a la rápida acción de su esposa y a mucha suerte.
La mujer de Kell Morris sostuvo su cabeza por encima del agua para evitar que se ahogara mientras esperaban a que los rescatistas arribaran después de que Morris quedara atrapado por la roca, que le cayó encima durante una caminata cerca de un glaciar remoto al sur de Anchorage.
Su segundo golpe de suerte ocurrió cuando una empresa de turismo con perros de trineo que opera en el glaciar escuchó la llamada al teléfono 911 y ofreció su helicóptero para transportar a rescatistas al lugar, que era inaccesible para vehículos todoterreno.