Un acto de graduación que debería haber sido motivo de celebración se transformó en un emotivo homenaje a Andrea Rojas, una joven de 17 años que se convirtió en víctima de feminicidio.
En un momento de profunda tristeza y dolor, los padres de Andrea desfilaron por la alfombra roja portando una fotografía de su hija y su diploma de bachiller. A su paso, los compañeros y amigos de la víctima lanzaron globos blancos al aire, simbolizando la pérdida irreparable.
Según sus padres, Andrea estaba emocionada por su futuro y soñaba con convertirse en profesora y doctora. Sin embargo, esa alegría se desvaneció en un instante.
“Estoy triste porque quería que mi hija estuviera ahí. Teníamos todo pensado para su fiesta, pero ahora deja un gran vacío. No ver a mi hija en su graduación fue el peor dolor que pude sentir”, expresó entre lágrimas su madre.
“Ella estaba feliz por su graduación, y ahora tenemos que vivir con su ausencia”, agregó la mujer, visiblemente afectada.
Al principio, la pareja de Andrea afirmó que ella se había quitado la vida, alegando que se colgó de una correa en su habitación. Sin embargo, durante el velorio, amigos cercanos de Andrea revelaron que ella era víctima de constantes abusos por parte de su pareja, lo que llevó a descubrir la verdad detrás de su muerte.
La autopsia reveló que Andrea había sido víctima de feminicidio, causada por asfixia mecánica por estrangulamiento con un lazo.