El exsargento del Ejército chileno Pedro Natalio Ortega Ulloa, prófugo desde junio y señalado como líder de una organización narco-militar que operaba en la frontera entre Bolivia y Chile, fue aprehendido este lunes tras, haber permanecido prófugo en la capital cruceña.
Según medios chilenos, el exmilitar se entregó ante las autoridades de su país en dependencias del OS7 de Carabineros en Colchane, frontera con la localidad boliviana de Pisiga.
La Fiscalía de Tarapacá confirmó que Ortega, de 53 años, se mantuvo oculto los últimos cinco meses en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Ortega, conocido como “El Jefe” o “Pepe”, es considerado el articulador de una red que, en su último tráfico, logró internar a Chile más de 3.000 millones de pesos chilenos (más de Bs 22 millones) en cocaína y pasta base mediante pasos no habilitados cerca de Colchane.
Según la investigación liderada por la fiscal regional Trinidad Steinert, la organización operó entre marzo de 2024 y mayo de 2025 con la participación de al menos siete militares activos y una civil, todos ya en prisión preventiva.
Chileno aprehendido
El caso, calificado por autoridades chilenas como “el más grave de corrupción en las Fuerzas Armadas en décadas, quedó al descubierto el 21 de junio, cuando el OS7 interceptó en la Ruta 5 una entrega vigilada y logró incautar 192 kilos de cocaína y 29 kilos de pasta base ocultos en dobles fondos de vehículos equipados con GPS.
La banda utilizaba vagonetas cargadas con droga en Bolivia, que eran almacenadas temporalmente en asentamientos de Alto Hospicio antes de ser trasladadas a Santiago de Chile. Para evitar sospechas, los traslados se realizaban en días de franco por sargentos y cabos de la 2.ª Brigada Acorazada “Cazadores” de Pozo Almonte.
Entre los imputados figuran Cristian Alejandro D. S. —jefe operativo— y otros seis uniformados, además de Carolina G. G., esposa de un militar, quien falsificaba documentación aduanera y manejaba parte del flujo de dinero ilícito.
La investigación sostiene que Ortega dirigía la operación desde su domicilio en Vicuña utilizando sistemas de geolocalización para monitorear cada movimiento de los vehículos. También financiaba la compra de droga a proveedores bolivianos, coordinando envíos que transportaban entre 100 y 200 kilos por viaje.
Tras la caída de la organización, el exsargento huyó hacia Bolivia, porque, según la investigación de las autoridades chilenas, temía represalias de narcotraficantes afectados por la incautación. Su retorno a Chile se produjo sorpresivamente este lunes, vestido con polerón negro, jeans y una frondosa barba.
Con su captura, la Fiscalía busca profundizar las conexiones con proveedores bolivianos y esclarecer si existieron apoyos logísticos desde territorio nacional. El Ministerio de Defensa chileno, que ya impulsó reformas tras revelarse el caso, señaló que seguirá cooperando con la investigación para “recuperar la confianza institucional dañada por esta red criminal”.