El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró este miércoles que Rusia está dispuesta a colaborar con un posible futuro gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, siempre y cuando se establezca «un diálogo equitativo y mutuamente respetuoso».
Cuestionado en rueda de prensa en la ONU sobre la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre (que los sondeos dan por segura), Lavrov contestó que Rusia está «lista para trabajar con cualquier líder que el pueblo americano elija», pero recalcó que la condición es que debe ser sobre la base del respeto mutuo.
Recordó además que durante el anterior gobierno de Trump (2017-21) «hubo un diálogo constante pese a las sanciones muy graves» que EU impuso contra Rusia, y subrayó que ese diálogo «es útil en todos los casos», pero ha desaparecido por completo desde que comenzó la guerra de Ucrania.
También hubo preguntas referidas al candidato a vicepresidente de Donald Trump, J.D. Vance, que se ha mostrado muy crítico con el apoyo total de su país a Ucrania y ha sugerido que EU debería desentenderse de ese conflicto.
«Él está a favor de la paz, a favor de terminar con la asistencia que se está prestando, y solo podemos aplaudirlo porque es justamente lo que necesitamos: dejar de surtir sin parar armas a Ucrania, y así terminará la guerra y podemos empezar a buscar soluciones», comentó Lavrov.
La incorporación del Dombás a Rusia «no es negociable»
Sobre el contenido de unas eventuales negociaciones entre Rusia y Ucrania al terminar la guerra, el ministro dejó claras cuáles son las líneas rojas: todos los territorios que celebraron referéndums unilaterales para su incorporación a Rusia son ahora un asunto «no negociable, no hay discusión al respecto».
«Ahora son parte de la Federación y está consagrada en nuestra constitución, no podemos dejarlos solos», dijo, en referencia a las cuatro regiones -Donetsk, Lugansk, Zaporiya y Jerson- que en 2022 votaron mayoritariamente su anexión a Rusia, aunque fueron votaciones no reconocidas internacionalmente.
Pero lamentó que todo atisbo de negociaciones para acabar con la guerra de Ucrania se tropiece con la negativa de lo que llamó Occidente y de la Unión Europea, a la que criticó por marginar a quienes, como es el caso del gobierno húngaro de Viktor Orbán, abogan por buscar desde ahora mismo una salida negociada a la guerra.
Al respecto, descartó por completo el plan de paz de 10 puntos del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que calificó de «extremadamente arrogante», y lo contrapuso con el que llamó «plan de China», que según él fue mejorado con ciertas propuestas de Brasil y que podría servir como base negociadora.