Un estudio reveló que el masticado de la hoja de coca, también conocido como “acullico”, no provoca cáncer y tiene efectos positivos en la salud de los consumidores. Sin embargo, aún no se conocen las consecuencias del “recargado” o “machucada”.
Según el informe de Luis Rojas, médico e investigador de la Universidad Técnica Privada Cosmos, la hoja de coca contiene otros compuestos, como los flavonoides, que poseen propiedades antioxidantes, los taninos, conocidos por sus propiedades astringentes y antioxidantes, y diversas vitaminas y minerales como las vitaminas A, B1, B2, y C, así como calcio y fósforo, que son beneficiosos para la nutrición humana.
Aseguró que el cáncer se produce por diferentes factores, como el consumo de alimentos, factores ambientales, genéticos, entre otros y va más allá del “acullico”. Incluso, remarcó que la coca tiene algunos componentes antiinflamatorios y sustancias que podrían ser anticancerígenas.
“La coca ha estado penalizada por mucho tiempo, cuando en otros países como Estados Unidos se mastica tabaco y en otros el betel quid, pero éstos sí están relacionados con el cáncer; la coca en su estado natural es buena”, enfatizó.
Rojas aseguró que sus componentes son distintos. Aún no se existe una investigación sobre los efectos que provoca.
El “recargado”
La hoja de coca “saborizada” ha pasado por diferentes etapas en la última década. Rojas dijo que inicialmente se solía consumir con goma de mascar, luego se combinó con energizantes y finalmente apareció el “recargado” o la “machucada”. En los últimos años se popularizó aún más su consumo, principalmente en el oriente boliviano, en donde se afirma que existe una industrialización.
En el caso de Cochabamba, hay lugares específicos en los cuales se vende este producto, como en licorerías (guardadas al interior de los refrigeradores), la avenida Panamericana, Blanco Galindo, algunas tiendas de barrio, entre otros. Se cree que se popularizó aún más luego del “boleo day”, una actividad que surgió a finales de 2019 e incentivó su consumo con los millennials y se incrementó la oferta de los sabores.
Puestos
La Universidad Mayor de San Simón (UMSS) realizó una investigación y reveló que desde Sipe Sipe hasta Sacaba hay al menos 2 mil puestos de venta, de los que sólo 568 cuentan con registros, carnets y guías.
El 58 por ciento vende el producto en una tienda de barrio; el 19 por ciento, en licorerías; el 10 por ciento, en mercados seccionales; el 6 por ciento, en las calles, y en proporciones mucho menores lo ofertan en centros de abasto u otros lugares. Del total de vendedores, solamente el 46 por ciento oferta el producto como coca de hoja hojeada; el 35 por ciento, hoja machucada; el 18 por ciento, hoja rameada, y el 1 por ciento, como molida.
Lo “normal”
El consumo de coca natural se incrementó durante agosto y septiembre, según la representante de la Asociación 27 de Mayo del mercado La Pampa, Florinda Ayaviri. Con tan sólo recorrer con este sector se aprecia a decenas de ciudadanos buscando el producto, ya sea desde el valor de 5 bolivianos hasta en cantidades mayores, pero la mayoría prefiere la denominada coca paceña. De acuerdo a la calidad, están resguardadas al interior de bolsas especiales.
“La chapareña tiene otra sensación; en cambio la paceña más agradable, hasta es mejor para la salud. El consumidor activo sabe diferenciar uno del otro”, agregó.
Rojas consideró que se deberían reforzar los cuidados de higiene, desde la producción y el traslado hasta el consumo, para que se evite la contaminación con baterías, insectos u otros factores.
Ayaviri aseguró que existen decenas de vendedoras que no cuentan con documentación y su producto es de dudosa procedencia, por lo que se debe tener cuidado.