El pasado viernes, a partir de una publicación de redes sociales, el presidente electo de Estados Unidos dio a conocer que su partido intentará eliminar el horario de verano cuando regrese a la Casa Blanca.
«El Partido Republicano hará sus mejores esfuerzos para eliminar el horario de verano, que tiene un pequeño pero fuerte grupo de seguidores, pero no debería. El horario de verano es inconveniente y muy costoso para nuestra nación», escribió.
Adelantar los relojes una hora en primavera y atrasarlos una hora en otoño tiene como objetivo maximizar la luz del día durante los meses de verano, pero ha estado sujeto a escrutinio durante mucho tiempo. El horario de verano fue adoptado por primera vez como medida de guerra en 1942.
Los legisladores han propuesto ocasionalmente eliminar por completo el cambio de hora. El principal intento de eliminarlo en tiempos recientes ha sido una iniciativa de ley bipartidista ahora estancada llamada Ley de Protección de Luz del Sol, la cual había propuesto mantener la hora de verano el resto del año.
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La propuesta contaba con el respaldo del senador de Florida, Marco Rubio, a quien Trump ha elegido para dirigir el Departamento de Estado.
«Cambiar el reloj dos veces al año es anticuado e innecesario», dijo el senador republicano Rick Scott, de Florida, cuando el Senado votó a favor de la medida.
Pero los expertos en salud han dicho que debiera ser al revés y que el horario estándar debería establecerse de manera permanente.
Algunos grupos médicos, incluyendo la Asociación Médica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, han dicho que es hora de eliminar los cambios de hora y que mantener el horario estándar se alinea mejor con el Sol, y con la biología humana.
La mayoría de los países no cambian de horario por el verano. Para aquellos que sí lo hacen, la fecha en que se cambian los relojes varía, creando un complicado tapiz de diferencias horarias cambiantes. Mientras tanto, Arizona y Hawai nunca cambian sus relojes.