Con un hombre menos desde el inicio mismo del partido, Botafogo venció a Atlético Mineiro por 3-1 en el estadio Monumental de River Plate y festejó la primera Copa Libertadores de su historia en un esceneraio que estuvo poblado en un 75 por ciento, con mayoría de simpatizantes del flamante campeón.
La expulsión de Gregore, al minuto de juego, pareció que iba a condicionar al equipo de Río de Janeiro, pero los goles de Luiz Henrique y de Alex Telles, este de tiro penal, en los 45 minutos iniciales le dieron tranquilidad al Fogao, más allá del repunte experimentado por el elenco conducido por Gabriel Milito tras descontar al minuto del complemento a través del chileno Eduardo Vargas.
Fue una muestra de carácter, coronada por el gol de Junior Santos en el último instante del encuentro, no cabe duda. Jugar 89 minutos más los adicionados al final de cada etapa en una final tan trascendente como la de una Copa Libertadores, y a la vez ganarla, no merece otra calificación. Y si el protagonista es un equipo que nunca se había llevado el principal certamen continental, la hazaña es aún mayor.
Empezó todo mal para Botafogo. Al minuto de juego Gregore se fue de rosca y le metió un planchazo en la cabeza a Hulk y vio la tarjeta roja directa para dejar a su equipo con un hombre menos casi todo el partido. Una ventaja que parecía casi decisiva.
Pero el equipo carioca no se iba a entregar. Vino a buscar su primera Copa Libertadores y de a poco se fue acomodando, sin que su entrenador, el portugués Artur Jorge Torres Gomes Araújo Amorim, debiese realizar alguna variante tempranera.
Atlético Mineiro, con un jugador más, tuvo que hacerse protagonista, el rol que menos le gusta. Y por ello el partido se hizo trabado, con pocas llegadas. hasta que a los 33 minutos Luiz Henrique tomó un rebote y abrió la cuenta para Botafogo.
Mineiro se paralizó. Y mucho más cuando a los 43 un error conjunto de Guilherme Arana y el arquero Éverson derivó en una infracción de este último a Henrique dentro del área. Y Alex Telles, desde el punto penal, estableció el 2-0 con el que se fueron al vestuario.
Al minuto de la parte complementaria, cabeceando un córner ejecutado por Hulk desde la izquierda, el chileno Eduardo Vargas achicó diferencias y el partido ganó en emoción.
De ahí en más, Mineiro se lanzó desesperadamente en busca del empate y generó varias oportunidades para conseguirlo, impedidos por los defensores rivales, entre los que sobresalió Adryelson, y el arquero John.
Terminó ganando Botafogo, que coronó la hazaña con un gol de Junior Santos en el minuto 98, y estuvo bien, porque a lo largo del torneo fue el equipo que mejor juego desplegó más allá de algún bajón. Que sus jugadores y sus hinchas que coparon Buenos Aires disfruten esta primera Copa Libertadores.