Un presunto hecho de abuso sexual ocurrió dentro del penal de Morros Blancos, en Tarija, cuando un privado de libertad agredió a una menor de 13 años que había ido con su madre a visitar a su progenitor recluido. El sujeto interceptó a la niña y cometió el abuso.
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia recibió el reporte el 14 de enero por parte de la Policía Boliviana, quien constató que los padres de la víctima no querían iniciar una acción legal, presuntamente por temor a represalias.
Sin embargo, la Defensoría en el marco de sus atribuciones ha asumido la representación sin mandato, para poner el caso a conocimiento del Ministerio Público a efectos que se inicien la acciones respectivas y pertinentes y el caso sea sancionado.
Al respecto, la responsable de la Defensoría del Pueblo en Tarija, Cecilia Bolívar, confirmó que el caso se ha abierto de oficio por este presunto hecho de abuso sexual en contra de la niña que estaba acompañada de su madre.
“Bajo este caso se ha hecho la verificación, la visita in situ, estamos aperturando el caso, viendo los requerimientos de forma escrita”, mencionó.
Bolívar advirtió que existen falencias dentro del Penal de Morros Blancos para garantizar la seguridad a las visitas, ya que pese al registro de seguridad que se hace, no hay un espacio específico para que entren las visitas, sino que las personas que van a visitar a familiares o amigos están expuestos al acoso y hostigamiento de algunos regos de alta peligrosidad.
“Esta situación genera vulnerabilidad, genera riesgo en las visitas, especialmente en nuestras niñas, niños y adolescentes. (…) advertimos que debe haber un mayor control, precaución, cuando se hace el ingreso de niñas y niños porque van acompañados de un adulto, y eso es importante asumir la responsabilidad del adulto cuando ingresa con un menor de edad”, afirmó.
La autoridad manifestó que los privados de libertad tienen derecho al contacto con su familia, a recibir visitas, pero las condiciones para el cumplimiento de este derecho no se están dando.